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Aprender Jugando

El día es espectacular, parece haber sido pensado específicamente para lo que va a suceder. Varios ejecutivos de una empresa de capitales multinacionales, se han dado cita en una estancia de las afuer

  • Introducción

El día es espectacular, parece haber sido pensado específicamente para lo que va a suceder. Varios ejecutivos de una empresa de capitales multinacionales, se han dado cita en una estancia de las afueras de la ciudad de Buenos Aires.

Las edades son variadas, como así también las especialidades, experiencias anteriores, convicciones políticas, contextura física, etc.

Sólo los une hoy la pertenencia a una misma empresa, la necesidad de mejorar para mantener el nivel de competitividad en el mercado y la metodología que implementarán durante el día para lograrlo: El juego.

Qué? Vamos a jugar?

La propuesta al principio sorprende, genera desconfianza… Esto no puede ser serio… Luego se comprende la dinámica:

Varios autores conceptualizan la idea de juego como un ámbito específico y privativo de la niñez, al menos cierto tipo de juego, un juego espontáneo, un juego en el que el espacio, los jugadores con su imaginación y el mundo que pueden construir son los únicos recursos.

En palabra de L. Guerrero: “Pero un día, sin previo aviso, dejamos de jugar. La chispa se apaga, los muñecos se van a dormir y nos descubrimos mirando la vidriera de una juguetería sin entender qué había de tan emocionante en esa colección fósil de osos, muñecas, autos, pistas eléctricas, cajas brillantes”

A medida que crecemos vamos perdiendo el hábito de jugar a cierto tipo de juegos hasta que lo abandonamos definitivamente siendo además vedado socialmente el hecho de jugar. Citando nuevamente a L. Guerrero: “Los que pagaron el boleto de entrada a la civilización occidental y cristiana saben que el ta-te-ti-suerte.para-ti está mal visto para decidir un aumento de sueldo o  una fecha de casamiento. Nadie respeta a un jefe de personal que se reúne todos los martes con sus amigos para jugar a la mancha, a una jefa de producto que despunta el vicio de la rayuela.” “Los adultos para jugar necesitan reglas. Cuantas más mejor. Perdida la capacidad para construir un mundo imaginario alrededor del juego de la oca, ante los ojos de un adulto sólo quedan un tablero, unas fichas y la obsesión por alcanzar la casilla final antes que los demás.”

Algunos adultos retoman el juego llevado de la mano de sus hijos. Otros lo retoman de la mano de coordinadores de capacitación o recreación y otros ya no vuelven a él, sintiéndose incluso incómodos ante la sola propuesta. Dice L: Guerrero: “En los geriátricos los viejos juegan bajo las órdenes de un instructor que los alienta con un megáfono con la idea de divertirse, los ejecutivos se afilan los dientes con juegos de estrategia que imitan conflictos reales, los adolescentes de Londres y Buenos Aires juegan juegos de rol los sábados en el patio del colegio.”

Desafiando todo lo anterior mostraré en el relato que sigue una instancia en la que no solamente el espacio sino también la propuesta habilita a jugar a un jugador que ya no posee el hábito de dejarse llevar por el placer del juego. La animación y las dinámicas propuestas vuelven a instalar en esa persona un disfrute olvidado y no transitado desde la niñez.

Las experiencias vividas nos permiten ver adultos en situación de juego, con poses y actividades que en otros contextos podrían ser tildadas de ridículas y alocadas.

 Lo que se convierte en habilitante entonces es no sólo el espacio sino también la propuesta. En la misma así como Rheta De Vries nos dice aparecen criterios que nos asegurarán un juego que resulte educativo para los niños, aquí podríamos decir productivo para un adulto en situación de empresa. Los criterios son:

 

“1 Proporcionar algo interesante y estimulante para que los niños (adultos) piensen en cómo hacerlo.

2 Posibilitar que los propios niños (adultos) evalúen su éxito.

3 Permitir que todos los jugadores participen activamente durante todo el juego”

 

Estos criterios responden a la dinámica que se expondrá desde un inicio:

El juego constituirá una vivencia común, una acción, sobre la que luego podremos conversar, dialogar, reflexionar, para sacar conclusiones que resulten útiles en el día a día. Que muestren cómo somos, cómo trabajamos y cuál es el potencial que podríamos desarrollar. Este potencial redundará en mejoras individuales, ser más competentes en el mercado laboral, también en mejoras en el equipo, efectividad organizacional y finalmente en competitividad empresarial, más y mejores niveles de rentabilidad para el negocio.

El despliegue teórico del por qué del juego produce sosiego, le da una justificación racional y de utilidad a las actividades a realizar, es un paliativo al miedo al ridículo. Esta es una instancia que resulta fundamental en las actividades con adultos. Aclaradas las dudas, con un foco específico, en un clima de disfrute, despojo y relax, aunque no sin algunos atisbos de escepticismo, facilitadotes y participantes nos ponemos en acción!

Describiré a continuación cuatro experiencias diferentes. En cada una voy a resaltar un aspecto particular que crea se ha podido trabajar a través del juego como herramienta:

Experiencia 1: El juego como revelación del equipo que somos

Experiencia 2: El juego como metáfora de lo cotidiano

Experiencia 3: El juego como aprendizaje

Experiencia 4: El juego como descubrimiento. El jugador que soy y que reconocen en mí.

 

  • Experiencia 1: El juego como revelación del equipo que somos

Contexto: Los participantes trabajan usualmente en una planta industrial como supervisores de producción. El nivel de exigencia es alto y se han detectado altos niveles de stress y conductas peligrosas que, atentan contra la seguridad de las personas y la calidad de los productos.

Consigna: Se propone un juego como disparador de reflexión en el cual deben trasladar una sustancia (supuestamente tóxica) de un lugar a otro y transvasarla a un recipiente seguro.

La sustancia está en un balde que debe maniobrarse, no sin gran dificultad, por varias personas simultáneamente.

Acción (observables): La actividad es tomada de forma risueña y entusiasta. Algunos participantes se activan más rápidamente, proponen alternativas de acciones, contemplan posibilidades.

Toman acción conjunta, algunos participantes quedan en el camino y afuera de las acciones, otros siguen y hacen, quieren hacerlo rápido para cumplir con el tiempo proporcionado, intentan diferentes formas, no resulta como esperaban, vuelven a probar, el traslado está hecho pero el transvasado se complica, esto no lo habían hablado, “qué hacemos?”, prueban,  algo de líquido se derrama, miran al facilitador de reojo a ver si los controla.

Terminan a tiempo, “Ganan”, festejan.

Reflexión: Con el corazón todavía agitado y la sensación de logro en la piel nos sentamos en el pasto y vamos comentando lo sucedido. Qué pasó? Por qué pasó?

Aparecen aquí comentarios:

“podríamos haber previsto cosas que luego nos sucedieron”

“Nos tiramos a la pileta sin planificar”

“Pero improvisamos bien”

“Resolvimos problemas que aparecieron”

“Sentí que me quedé afuera, no participé mucho”

“yo en la carrera me sentí muy agitado, no me sentía bien y volví. Después no participé más” (nadie parecía haber notado eso)

“La sensación de haber logrado el objetivo fue genial” (muchos acordaron y lo expresaron de diferentes maneras)

“En algún momento parecía imposible… pero pudimos!”

“Hay una cosa…. Hicimos trampa” (Todos se ríen, algunos miran al facilitador)

“Nosotros somos un poco tramposos”

 

Aprendizaje: la misma conversación nos lleva a la relación entre el juego y el día a día. Cuál es esa relación?

“Es igual que lo que nos pasa a nosotros” (a veces insistimos con más preguntas para que las precisiones sean mayores)

“Mucho no planificamos, igual que en el juego, enseguida accionamos sin pensar en las consecuencias o complicaciones”

“En el trabajo también salimos al ruedo con lo que nos toque, improvisamos, resolvemos…”

“Incluso a veces en contra de nosotros mismos, peleando en el equipo, sin pensar en el impacto de nuestras acciones en el resto de la organización o comprometiendo hasta la salud de los compañeros, como en el caso del compañero que se volvió, salió del juego, no siguió porque se sintió fatigado y mal y nosotros ni siquiera nos dimos cuenta…”

“También está lo de la trampa” (más risas) “Eso de ser tramposos nos saca del apuro, disimulamos, resolvemos, pero a veces con riesgos desmedidos” “Riesgos a la salud y a la calidad” “La cosa es terminar el trabajo, no importa cómo*”

Salieron anécdotas, se dijeron cosas, se adjudicaron responsabilidades para sí y para otros.

Fuimos a una sala. Se recondujo toda esa energía, ideas y conclusiones sacadas en el parque a planes de acción concretos. Qué hacer de ahora en más?

Se documentaron los planes de acción con responsables, plazos, recursos necesarios, etc.

 

Cierre: En esta experiencia el juego pudo revelar a los participantes quienes son como equipo, que conformación humana componen (“los tramposos”), cómo trabajan, como se pone en acción ese equipo que componen (“sin planificación, con riesgos excesivos, poniendo los fines por delante de los medios” *), que consecuencias viven por dicha forma de trabajo y finalmente definir si quieren tomar alguna medida en relación a ello

 

  • Experiencia 2: El juego como metáfora de lo cotidiano

 

Contexto: Era el principio de un proceso de asesoramiento con un equipo de trabajo de tres personas que iniciaba sus tareas en una empresa mediana del rubro alimenticio. Hacía un mes que trabajaban juntos y tenían un proyecto importante de implementación novedosa en la compañía con clientes internos. Necesitaban desarrollar el sector, desarrollar procesos, estructura y sistemas nuevos de trabajo y, como si fuera poco, entrenarse a ellos mismos; todo simultáneamente. 

Como parte de nuestra intervención diseñamos un juego introductorio con intensión de sacar algunas conclusiones que sirvieran como reflexión y aprendizajes iniciales en un camino altamente desafiante.

Consigna: El juego es de ingenio. Consiste en cuatro piezas con las que hay que armar un cuadrado. Luego una vez resuelto se incorpora una nueva pieza con la que nuevamente hay que armar un cuadrado

 Acción (observables) La propuesta tomó un poco por sorpresa. Gustó, iniciaron el trabajo, todos metieron mano, probaron, insistieron, lo lograron y festejaron. En 5 minutos estaba terminado.

Entonces vino la parte adicional….

Se generó desconcierto.

Volvieron a probar, insistieron de diferentes maneras, la tendencia a volver a la conformación inicial en donde no entraba la nueva pieza fue notable.

Hubo comentarios de esconder la pieza nueva, destruirla, desaparecerla, recortarla y hasta se sospechó si era realmente posible, si había trampa o mala fe por parte del facilitador.

La reflexión en este caso se fue solapando con la acción y empezaron comentarios acerca de qué estaba pasando antes de terminar el juego.

La energía bajaba y subía en cada participante, cuando uno claudicaba otro seguía. Finalmente, luego de 20 minutos, entre palabras reflexivas y ante la sorpresa de todos los participantes el nuevo cuadrado se armó tan sencillamente como se había armado el anterior.

 

Reflexión: Las preguntas fueron durante los minutos finales de la acción, qué pasa? Que está pasando?

“No se puede”

“Esto no va, esta pieza no encaja”

“Es imposible”

Luego, ante el cuadrado resuelto:

“Parecía imposible”

“Volvíamos siempre al cuadrado anterior”

“No podíamos pensar en otro cuadrado”

“Qué increíble que sí había otro cuadrado”

 

Aprendizaje: La misma conversación nos lleva a la relación entre el juego y el día a día. Cuál es esa relación?

“Bueno nosotros también tenemos que insertar nuevas piezas y estamos con dificultades”

“Tal vez, pienso ahora no sólo dificultades del entorno o la aceptación de lo nuevo por parte de la empresa, sino con resistencias nuestras también”

Estos comentarios dieron inicio a una primera reunión de trabajo con planificaciones de acciones de corto, mediano y largo plazo.

 

Cierre: Tuvimos ocasión de ver a este grupo evolucionar a lo largo de los meses y fue muy interesante verlos traer en diferentes momentos este juego introductorio como una metáfora de lo que les iba sucediendo. Incluso en ocasiones ante el desconcierto u olvido del asesor:

“Es lo del cuadrado”

“Qué?”

“Lo del cuadrado”

“Qué cuadrado”

“El del principio, el ejercicio que no podíamos resolver”

“Ah! (risas)”

“Es lo mismo, no estamos pudiendo incorporar la nueva pieza, hay resistencia, en nosotros y en los otros sectores también. Pero si no podemos resolver el cuadrado nosotros, qué le podemos exigir a nuestros clientes internos”

 

  • Experiencia 3: El juego como aprendizaje

Contexto: Una empresa grande con sucursales en diferentes lugares de América pide una actividad de capacitación para todos sus mandos medios. El proyecto se realizó en 32 horas de actividad, dictados en días completos de 8 horas con un espacio de 15 días entre cada uno. El relato siguiente sucedió en el segundo día de jornada. Los participantes ya se conocían y al ser el segundo día, ya habían  entablado una relación con el facilitador.

Consigna: El juego consiste en el armado de un rompecabezas en equipo. Hay tres equipos, la consigna no es competitiva sino que apunta al logro de cada equipo pero la competencia igual aparece. Los condicionantes para realizar la actividad son las características de aquellos que participan ya que los que arman y tocan las piezas tienen los ojos vendados “ciegos” y los que dan las instrucciones y asisten tienen las manos vendadas “mancos”.

 Acción (observables): La consigna despierta júbilo, ya vienen jugando en las jornadas anteriores así que saben de qué va la cosa. Se ponen en acción. Las indicaciones son contrarias, confusas, graciosas.

“Agarrá la pieza que tenés adelante, no adelante, NO” (risas)

“Dónde? Adelante dónde?”

“Da vuelta la pieza, NO para el otro lado”

“Buscá el agujerito”

“Qué agujerito?” (risas)

Se van armando partes, no logran juntarlas, se ríen, se desesperan los “ciegos” y los “mancos”. Quieren terminar antes que los otros.

Se confunde adelante, atrás, arriba, abajo, incluso derecha e izquierda.

Hay muchas manos, algunos se decepcionan y largan todo. Lo armado se desarma, hay que retomar, volver a empezar…

Un equipo termina primero, festeja. Se generan sensaciones encontradas en los otros equipos: decepción? Desafío?

El equipo que finalizó espera. Por propuesta de una participante recomienza el juego con intercambio de roles, ahora los “mancos” son “ciegos” y los “ciegos” “mancos”. Esta participante está muy entusiasmada, parece que algo se ha movilizado en ella, luego haremos foco en sus comentarios y reflexiones.

La dinámica se repite, esta vez más rápidamente, la experiencia anterior les da ventajas, lo vivido les dio claves para ser más efectivos en su lenguaje tanto para dar indicaciones como así también para escucharlas.

Todos los equipos terminan, todos festejan y ríen.

 

Reflexión: En el parque y con las emociones aún candentes empezamos a charlar. Qué pasó?

“Sentí la dependencia del otro, yo no podía si el otro no hacía”

“Los “ciegos” dependíamos de los “mancos” y los “mancos” de los “ciegos””

“Tuvimos que aprender cómo comunicarnos”

“Ponernos en el lugar del otro, qué es para ese ciego arriba, adelante, describir desde el punto de vista del otro, si no lo lográbamos no había entendimiento”

“En algunos momentos creí que no lo íbamos a lograr”

 

Aprendizaje: Se empiezan a entrelazar anécdotas que reflejan dificultades de comunicación en el entorno de la empresa:

“A veces nos manejamos por teléfono o mail y creemos que el otro comprendió nuestro pedido y cuando llega el resultado incorrecto o no llega nada caemos en la cuenta de que el mensaje no llegó. A veces ni siquiera se entendió el mail o se leyó!”

“Tengo un empleado en particular con el que nunca me entiendo, parece un chiste pero le pido un trabajo y me trae cualquier otra cosa, no se qué hacer?”

“Yo el problema lo tengo con mi jefe, no nos entendemos, y cuando parece que sí, luego no era, se me hace muy difícil!

Durante el juego me sentí muy reflejada en mi relación y comunicación con él” (Este comentario lo hizo la participante que muy entusiastamente propuso los cambios de roles en el equipo que terminó en primer lugar.) “Me gustó mucho tener la oportunidad de estar en los dos roles “ciega” y “manca” me doy cuenta que desde cada perspectiva se vive y se entiende el contexto de manera muy diferente, no se cómo llevar esto a mi estilo de comunicación con mi jefe”

Todas las preguntas dieron lugar a un despliegue teórico con recomendaciones acerca de cómo hacer más efectivas algunas instancias de comunicación interpersonal. Manejo de conversaciones, de llamados telefónicos y de mail. Se trabajó el parafraseo y la clarificación de objetivos.

 

Cierre: El proceso siguió y en el siguiente encuentro la participante en cuestión hizo algunos comentarios de relevancia:

“El otro día me pasó algo muy gracioso. Les conté la otra vez que me cuesta la comunicación con mi jefe, así que presté atención en estos días…

Estábamos discutiendo por un tema y en un momento le dije: Esperá porque tal vez mi adelante no es tu adelante, Qué? Me dijo extrañado y ahí le conté lo que hicimos el otro día, se rió bastante y empezamos a charlar de otra manera.

No se, creo que avanzamos un poco, que yo me estoy cuidando más en cómo expongo los temas y cómo los escucho. Al menos estar atentos nos permite anticipar algunos malos entendidos. Creí que plantear esto iba a ser una pelea y finalmente terminó siendo un acercamiento. Veremos cómo sigue pero estoy entusiasmada y esperanzada”

Su comentario abrió a la interacción grupal y otros pudieron comentar anécdotas similares volviendo al juego como una vivencia paradigmática.

En esta experiencia podemos ver una situación de aprendizaje en donde ante la situación real, el juego y su vivencia se pueden convertir en una herramienta para aprender nuevas formas de hacer que resulten en una gestión más competente.

 

  • Experiencia 4: El juego como descubrimiento. El jugador que soy y que reconocen en mí.

 

Contexto: Una compañía multinacional convoca a todo un sector a un día de actividad al aire libre. Hay un nuevo director de área y la intensión es conocer y consolidar al equipo. Los empleados son en su mayoría gente con muchos años de antigüedad y sin mucho hábito de realizar actividades de este tipo.

Consigna: El juego propuesto consiste en dos equipos que tienen que atravesar un campo de unos 150 metros sin pisarlo directamente con sus zapatillas. Poseen como únicos elementos sogas y dos tablones de 2 metros de lago aproximadamente. Además los participantes, aproximadamente 8, tienen ciertas limitaciones: durante el cruce del campo la mitad son “ciegos”, o sea tienen los ojos vendados, la mitad son “mudos”, o sea no pueden hablar. Si pisan el pasto, habla un “mudo” o espía un “ciego” tienen que volver a empezar.

Además de llegar al otro lado, en el camino el equipo debe juntar unas pelotas dispersas en el campo.

 Acción (observables): Los equipos se sorprenden, se divierten, se conectan con los materiales y piensan en que manera los podrían usar, planifican, discuten, elaboran alternativas, sostienen sus ideas, buscan las mejores alternativas, anticipan imponderables, deciden.

Se genera la competencia explícita, quieren llegar primero!

En ambos equipos deciden intercalar un “ciego” y un “mudo” de manera de ayudarse mutuamente. Un equipo decide utilizar los tablones armando un camino ayudados por las cuerdas para ir extendiendo alternativamente los tablones delante de si durante el recorrido. El otro equipo utiliza los tablones como ski. Practican para ver si la estrategia será la adecuada.

Luego del tiempo determinado para la planificación empiezan los preparativos y llega la LARGADA.

La operación con los tablones no es tan fácil, operan los que ven, pero están “mudos”, deben entenderse por señas, no es fácil…

Los ciegos son frágiles hay que indicarles por dónde ir. Los “mudos” tienen la responsabilidad de cuidarlos, los “ciegos” necesitan confiar.

“No veo, por donde voy?”

El “mudo” lo toma de la mano y lo conduce.

Hay pocas palabras. Van avanzando. El participante que va al frente ve, pero no puede hablar, junta las pelotas en el recorrido y se las pasa a la participante que está atrás y que no ve pero puede hablar, espontáneamente esta participante comunica a los gritos a todos los que están atrás las pelotas recogidas y genera un festejo que da empuje y estimula: la comunicadora

Casi se caen, se salvan. Uno de los participantes toca levemente el pasto, disimulan y siguen.

Llegan al otro lado con sus botines logrados, primero un equipo, luego el otro. Festejan!

 

Reflexión: Nos sentamos en el parque y empieza la charla: Qué paso?

“Fue más difícil de lo que parecía”

“Por suerte planificamos y practicamos antes de salir”

“Me sentí muy presionado mirando los progresos del otro equipo”

“No veía, me sentí impotente, lo único que podía hacer era confiar y dejarme llevar”

“Me sentí muy bien cuando me pude enterar de los progresos en la recolección de las pelotas a través de los gritos de la compañera de adelante”

“Yo gritaba porque me sentía muy impotente también y ese rol de comunicar a los gritos me hizo sentir útil” (comenta la comunicadora)

“Yo me lastimé” (hubo sorpresa) “El cartel con mi nombre tiene un alfiler que empezó a clavarse en mi pecho con mi compañero de atrás y de adelante tan pegados, pero no dije nada porque si hablaba perdíamos y teníamos que volver” (risas): el martir

De los disimulos y las “trampas” nadie habló.

 

Aprendizaje: Siguió la conversación se sacaron conclusiones relacionadas con el trabajo en equipo, la importancia de la comunicación, Voy a resaltar dos conclusiones interesantes de dos participantes en particular.

La comunicadora

“Creo que en el juego sentí esa necesidad de comunicar lo que estaba pasando, ante situaciones de gran incertidumbre creo que mantener informada a la gente genera distensión, motivación y bienestar para los que reciben información y para el que la provee.

En mi día a día creo que también hago esto, me sentí reflejada con lo que me sucede en el trabajo. Este momento de jefe nuevo, políticas nuevas, decisiones pendientes es un momento para estar muy comunicados, creo que este encuentro tiene que ver con esto.

Antes de esta actividad me mantuve con mucho contacto, reuniones informativas y una atención permanente con mi equipo a cargo, con mis pares y con mi jefe. Incluso para comunicar lo que está decidido y lo que está pendiente y es una incertidumbre real”

El comentario causó gran impacto, otras personas apoyaron lo dicho y le dieron feedback a la participante acerca de lo importante de ese estilo en su gestión y de lo esperable y representativo de su comportamiento durante el juego.

 

El martir

En este caso los comentarios no partieron desde el participante sino de sus compañeros.

“Me quedé impresionado con lo que pasó con el alfiler y tu lastimadura durante el juego, no se, es medio loco que no hayas dicho nada. Creo que tiene que ver un poco con tu estilo, esto de la entrega total hacia los objetivos del equipo, incluso a veces ante  objetivos o situaciones individuales que podrían ser contrarias a los intereses propios. Creo que muestra un nivel de compromiso grupal por encima del individual” El martir se sorprendió, dijo que podía ser y se quedó pensando al respecto sin más comentario.

Cierre: Tuvimos oportunidad de seguir trabajando con posterioridad en esta empresa y saber algunas situaciones que refuerzan los hallazgos de la situación lúdica.

La comunicadora se destacó en su gestión, registrándose en encuestas de clima y evaluaciones de desempeño, su habilidad para comunicar y generar buen clima entre su gente aún en momentos de gran incertidumbre.

El martir lamentablemente atravesó una enfermedad de gravedad y sin embargo no dejó de ir a trabajar y continuar su labor en la compañía hasta en situaciones de mucho desgaste físico.

Vemos entonces en esta experiencia como el juego puede revelar a otros o revelarnos a nosotros mismos quiénes somos. El jugador que soy o el que otros ven en mí está en línea con el trabajador que soy, con el ser humano que soy.

 

  • Conclusión

 

Final de juego

El día glorioso del inicio está reforzado ahora por la emoción, la satisfacción del objetivo logrado, comentarios que muestran ahora un código común, una experiencia clarificadora y que amerita el seguir conversando, reflexionando con mayor apertura para lo nuevo.

El broche de oro, con los planes de acción bajo el brazo y los deseos de llegar al escritorio y empezar a implementar, vamos a una instancia más social: almuerzo, juegos de mesa, deportes, la experiencia fue poderosa, no queremos irnos tan rápido, despedirnos…

 

Desarrollo de habilidades individuales y de equipo

Como conclusión entonces se podría decir que el juego puede convertirse en una herramienta de aprendizaje tanto individual como de equipo. La diversión, el relax que produce la situación lúdica permite que los individuos se olviden parcialmente de ciertas limitaciones y estructuras o pensamientos rígidos y se dejen fluir, apareciendo quienes son, cómo trabajan y qué posibilidades tienen de cambio y aprendizaje.

Estas actividades deben luchar contra cierto tipo de preconceptos y malas prácticas:

chiste 1

Cual es el propósito? Por qué exponer a la gente? Cuál será el resultado.

Practicas realizadas sin cuidado o sin propósito dejan al adulto confundido y con una sensación de robo. Para qué me preguntaron? Para qué me hicieron hacer este ejercicio?

Tal vez el adulto necesite, dentro de ciertos ámbitos organizacionales y ante una invitación a la que no ha acudido espontáneamente, entender racionalmente el pedido del facilitador o de la organización

 

chiste 2


Somos cuidadosos cuando invitamos a la gente a una situación lúdica? Aceptamos a quien no quiere participar? Si no es voluntaria la aceptación, es juego realmente? Sería un juego terrible?

La situación lúdica sólo genera resultados positivos de aprendizaje, reflexión, auto -conocimiento si se cuidan ciertas variables como nos describe Brown, G. en su texto: “Qué tal si jugamos… otra vez”:

“El juego cooperativo puede ser una herramienta que apoya el proceso de la educación. Pero no es algo automático que mecánicamente se puede aplicar. Tenemos que estar atentos al grupo: sus necesidades e inquietudes.”

“En resumen, la facilitación de los juegos va más allá de explicar cómo se juega. Es una actitud que responde a cierta concepción de la educación. Implica tomar en cuenta al grupo y estar dispuesto a modificar. Es así que podemos ver los juegos cooperativos como una herramienta que apoya nuestro trabajo y donde buscamos una congruencia entre nuestro discurso y nuestras acciones.”

“A la hora de Facilitar un juego, hay varios elementos a tener en cuenta…

El espacio

Número de participantes

Edad de los participantes

Los objetivos

La disposición del grupo”

 

En el ámbito de la empresa podemos con estos cuidados replicar lo que nos dice Wassermann, S. en su texto “Jugadores serios en el aula primaria.” Donde hallamos “El niño cuyo lema es “puedo hacerlo”” generando en este caso adultos con el lema “Puedo hacerlo”:

“Los docentes de la escuela primaria diseñan actividades de juego investigativo para enseñar el contenido del currículo, y no como actividades adicionales o de enriquecimiento ajenas al “trabajo” real del programa. El juego es el vehículo a través del cual se aprende inteligente y reflexivamente el contenido del currículo, y como el juego siempre implica un desafío que obliga a pensar, el pensamiento llega a ser el verdadero método de aprendizaje”

Así las empresas podrían utilizar el juego como parte del trabajo que, como vehículo hacia la reflexión y el pensamiento desarrollen las competencias necesarias para que la gestión de cada empleado sea óptima.

Tal vez necesitamos habilitar más espacios de juego para permitir al adulto un ámbito de esparcimiento, de placer, de auto - conocimiento y de aprendizaje usualmente abandonado al salir de la niñez.

 

 

 

 
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